Pasajeros del Greg Mortimer en el Británico

MEDIO DE PUBLICACIÓN:
Diario El PAÍS

Pasajeros del Greg Mortimer volvieron al Británico para agradecer al personal de la Institución la atención recibida.

Karl Schurr y Anne Mc Cluskey, esposos y fisioterapeutas de profesión, volvieron al país y al Hospital Británico, para agradecer y recorrer la Institución en circunstancias muy distintas a las de entonces.

Fueron evacuados del crucero Greg Mortimer entre Marzo y Abril del 2020, al inicio de la pandemia y en un contexto todavía de relativo conocimiento sobre el COVID 19.

El mes pasado, Karl y Anne se fundieron en un abrazo emocionado con el doctor Gerardo Pérez, quien los atendió durante su internación.

Junto a Pérez los esperaban también los doctores Sofía De Betolaza y Marcelo Chiarella, quienes también los trataron, la doctora Mabel Mutarelli, directora técnica y las directoras de Enfermería, licenciadas Mónica Giménez y Silvia Mosegui.

Tras expresar a los presentes su agradecimiento por la atención y el trato recibidos, el matrimonio visito los lugares del hospital en los que habían estado internados, para saludar y agradecer a quienes los habían atendido.

Así Schurr, volvió a la Unidad de Tratamiento Intensivo en compañía del doctor Pérez. Ambos rememoraron aquellos días, tanto desde la perspectiva del paciente que recupera recuerdos como desde la del equipo médico, que enfrentó el desafío de una pandemia sobre la que al comienzo mucho no se sabia y sobre la que se fue aprendiendo sobre la marcha.

Mc Cluskey que no necesito cuidados intensivos, pero se le permitió permanecer en el hospital junto a su esposo, valoro positivamente que el tratamiento recibido, aun al comienzo de la pandemia, estuviera alineado con las recomendaciones terapéuticas que resultaron mas adecuadas para el tratamiento de la enfermedad a nivel mundial.

“En momentos en los que no se sabia mucho sobre el COVID realmente hicieron lo mejor que pudieron, lo mejor que se podía hacer y lo hicieron bien”, valoró Schurr.

No faltaron anécdotas, abrazos, lágrimas ni fotos.

Schurr destacó el hecho de volver a Montevideo y apuntó que “lo mas importante es haber vuelto a este hospital para decir gracias a su equipo, por su atención y generosidad en 2020, cuando tuvimos COVID”.

“Es bonito volver y decir gracias a los doctores, las nurses, los terapistas, con los que convivimos todos los días durante tres meses y nos brindaron cuidados”, agregó Mc Cluskey.

Ambos coincidieron en que el Británico ocupa un lugar muy importante es sus vidas. Destacaron la calidad técnica y calidez humana del staff del hospital “su genuino interés” por la salud y la cercanía en el seguimiento de su evolución.

Enorme satisfacción. Que llegaran nuevamente a Montevideo y al Británico nos generó también una enorme gratitud. En aquellos momentos inciertos, dimos lo mejor de nosotros para brindarles la mejor atención posible. Verlos bien y fundirnos en un abrazo fue una satisfacción muy grande, a la vez que una confirmación del compromiso de todo nuestro personal, valoró Murtarelli.

Fiel a la cultura organizacional que lo define y distingue, el Británico mantuvo durante la pandemia el foco en la empatía y la humanización de su atención médica y no médica. La cultura del Británico se traduce en el compromiso de brindar una atención de excelencia, cálida y humana.

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